Por Noemí Sainz de la Maza
La situación legal de los matrimonios forzados en Europa viene siendo un tema de conflicto y dilemas desde el año 2003. Con la decisión de Noruega de incluir el matrimonio forzado en el código penal, otros países como Austria, Bélgica y Dinamarca adoptaron la misma decisión. De esta forma se instalaba en la Unión Europea la criminalización del matrimonio forzado.
Las primeras reacciones por parte de países como Reino Unido y Países Bajos mostraron su rechazo ante la consideración de que esta introducción del matrimonio forzado en el código penal con la consecuente criminalización de las víctimas tendría consecuencias directas sobre el estigma de los inmigrantes, que son los primeros sospechosos de realizar matrimonios forzados.